El viaje...

¿Qué es lo que nos motivó a la experiencia? El arte. Sin ser pretenciosos, el viaje; sin más, una peli.
Dándole vueltas a las ideas que nos volcaron a elegir este camino relacionado al Cine, nosotros, un grupo de jóvenes realizadores audiovisuales y estudiantes del oficio y actores y entusiastas de la experiencia en sí, decidimos emprender un viaje experimental, un recorrido de sensaciones físicas a través del Cine. ¿Por dónde? Por entre los ríos que cercan la tierra mesopotámica hasta llegar a la culminante garganta que exhibe su furia natural de agua dulce, en Iguazú. El título de la peli: “Rodríguez”. Por Marzo del 2008 comenzamos a reunirnos con las ganas y la prepotencia necesaria para emprender la realización de un largometraje que se sustentaba en la idea de que fuese rodado en el interior del país. Queríamos ver a través de otro lugar, todavía no sabíamos muy bien donde, pero sí que la historia se tenía que involucrar con otra mirada, no tan urbana, desposeída de una lógica gris, abierta hacia otras formas de territorio y color. Nos reunimos todas las semanas para emprender el proyecto, fuimos armando un grupo productor que se empezó a entusiasmar con la idea y que poco a poco fue delineando el Guión. La idea de viajar con todo el equipo y que el género Road Movie adquiriera forma expresiva con las vivencias personales entremezcladas con las de la ficción, nos deslizó a plantear por fin el objetivo del proyecto: la peli iba a salir de la ciudad de Buenos Aires e iba a atravesar las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones para culminar en las imponentes Cataratas del Iguazú. La historia: dos amigas que se reencuentran después de un tiempo y surcan ese viaje juntas topándose con una relación de amistad que ha mutado con los años, como ellas cambiaron. Una vez que teníamos el Guión, se empezó a entrever los problemas de producción que podía presentar el proyecto y fuimos solucionándolos acorde a nuestros presupuestos y con gran creatividad, pero siempre dejando una gran ventana abierta para que el azar y la sorpresa del viaje, para que los lugares y la gente que nos encontráramos fuesen partícipes directos o indirectos de la obra. Así también con la dirección de actores, siempre pensamos en trabajar con las actrices llevándolas a que el viaje transformara su relación y esto se ve al final de la peli, donde una actuación más naturalista, entremezclada con sensaciones personales, le dieron un condimento mas improvisado, vivencial y realista; que le da más fuerza a las escenas culminantes del guión.
Entonces comenzamos. A finales del 2008 grabamos las escenas que transcurrían en la ciudad de Buenos Aires, y en Enero del 2009 salimos rumbo a las Cataratas. Teníamos un Plan de rodaje donde algunas ciudades y pueblos, donde gente amiga y parientes nos ayudaron, estaban especificados; pero también dejamos espacio para que nuevos lugares que se bifurcaban en el recorrido entraran también en el Plan. Así nos fuimos encontrando, por ejemplo, con el parque Nacional El Palmar, donde las Avestruces y los lagartos Oberos nos pasaban tan cerca que teníamos que suspender la grabación. O Curuzú Cuatiá, la cuna del chamamé, donde la sequía que arrastraba la zona y el sol que pegaba fuerte por la tarde nos hacía inevitablemente dormir la siesta. O los refrescantes saltos de agua de la provincia de Misiones donde en cada pueblo, aparte de tener un casino, había uno. Las locaciones que estaban predeterminadas en el guión las conseguíamos gracias al apoyo que teníamos en cada pueblo que visitábamos, si hasta los gendarmes que nos paraban en la ruta y que nos habían visto en otro pueblo, nos dejaban pasar sin revisar los autos. Así fuimos llegando a las Cataratas y al final del filme, donde la interacción con los Guaraníes y sus costumbres ancestrales amalgamadas con el reggaeton y el juego, nos sorprendieron de gran manera y nos dieron otra visión, despojada de toda ingenuidad de clase media urbana, que nos acercó a una idea más real de cómo vive este pueblo originario.
Sorprendiéndonos, con la capacidad de asombro intacta, entre tierras secas, esteros y pantanos, ríos, tierra colorada, selva y arduo trabajo; esta experiencia, más que enriquecedora personal y artísticamente, culminó en una obra viva, donde se siente el viento en la cara, donde se fue moldeando con las variantes de colores y sonrisas de la tierra mesopotámica, y que nos dejó una gran puerta abierta para salir una vez más a la realización de un Cine fuera del lenguaje convencional, de estudio, acartonado y rígido, exclusivamente urbano.

Nosotros, Un Viaje Films, deseamos seguir on the road.